El Área de Diseño de la Corporación Santo Tomás, con sus carreras de la Universidad Santo Tomás e Instituto Profesional Santo Tomás con el propósito de mantenerse unida y desarrollar criterios académicos comunes en todas las sedes a nivel nacional, desarrolla “Talleres en línea”, en esta la ocasión del Bicentenario se asume un proyecto editorial, para ello cada sede realiza un rescate de su entorno ferroviario creando con ello un documento editorial, los que se sumaran en la constitución de un “Libro objeto” como un homenaje a la silenciosa historia cotidiana de nuestro país.

El tema que se propone desarrollar es el Ferrocarril, es innegable la importancia que tuvo el ferrocarril en el desarrollo y progreso de nuestro país, ese rudimento mecánico alzando las banderas del progreso y la modernidad fue rompiendo nuestra cotidianeidad aún colonial de mediados del siglo XVIII, logro de verdaderas epopeyas ingenieriles, que mantuvo boquiabiertos a ciudadanos, campesinos, paisanos y provincianos durante casi un siglo y medio, convirtiéndose en la revelación monstruosa que anunció la llegada de la modernidad.

sábado, 30 de octubre de 2010

José Naranjo, Viña del Mar

Hablar de trenes en nuestro país es referirse a una época de gloria de nuestra historia en donde este medio de carga y transporte fue un importante aporte al desarrollo no sólo de nuestro territorio en general si no de varias ciudades que tristemente en nuestros días se han olvidado de ellos.

El día 5 de mayo de 1912 llega el tren al Puerto de San Antonio. En este viaje inaugural venía una delegación gubernamental que dio por iniciada la construcción del puerto y sus sitios. En 1921 el ferrocarril llega a Cartagena, por aquel entonces uno de los balnearios más adinerados del país. Es así como comienza la historia del ferrocarril en el Litoral Central, la cual estuvo siempre ligada a Valparaíso y Santiago, dos de las ciudades más grandes de Chile.

En los años 80’ aún se podía ver trenes de pasajeros que aunque no con su actividad de aquellos años visitaban la ciudad y eran motivo de fotografía, como el caso de la mítica locomotora 851 la cual constantemente recorrió el trayecto desde Santiago hasta San Antonio.

En la actualidad son pocos los vestigios que aún están inmersos en la ciudad del primer puerto de Chile, rastros que con el paso del tiempo se van desgastando cada vez más y se van perdiendo en el avance y progreso de un lugar que cada año avanza paso a paso en temas de desarrollo y modernidad.

Hay que recorrer poco para encontrarnos a simple vista con las estaciones de San Antonio y Llo-Lleo, si bien ambas hoy soy Patrimonio de nuestro país su deterioro es notable. Los intentos por mantener vivos estos espacios han sido en vano a pesar de ser usados como Restaurant y Centro Cultural entre otras cosas.

La estación de San Antonio ubicada en el centro de esta ciudad luego de ser utilizada con varios fines logró mantenerse como un Restaurant la última década pero los embates del último terremoto terminaron por arruinar y sumir en el abandono esta obra que al ser declarada Patrimonio se debe privilegiar su reparación por sobre su demolición. Sus terrenos hoy albergan el nuevo mall de la comuna que en el comienzo generó polémica por su instalación tan cerca de la línea del tren, provocando finalmente y de forma casi definitiva la clausura de este paso hacia Cartagena por lo que hoy los trenes de carga tiene muy pocas posibilidades de pasar por el centro de la ciudad.

Hacía nuestros días si no fuera por el puerto la actividad ferroviaria estaría perdida, puesto que sólo es utilizada por trenes de carga gracias a la estratégica ubicación con la que cuenta, no a menudo se ve un tren pasando por San Antonio y es muy difícil que en sus cruces haya peligro ya que sus vías, puentes, vagones abandonados y estaciones perdidas son hoy un recuerdo y un testimonio en peligro de extinción de un período en el cual nuestro país fue uno de los primeros en apostar, que conectó ciudades y ayudó a construir otras. Espacios que no sólo se deterioran por el olvido si no también por la fuerza implacable de la naturaleza como lo fueron los terremotos de 1985 y 2010. Lugares sin solución ni protección que tienen la misión de recordarnos como comenzó todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario