Antecedentes
Monumentos que estuvieron llenos de vida en el pasado y que aún se mantienen en pie, “penando” en el presente.
Concepto: La Memoria.
Referencia: Libro “Los trenes se van al purgatorio” de Hernán Rivera Letelier.
Libro ambientado en un espacio del recuerdo nostálgico de lo que ya no es, de lo que se quedó para siempre en el purgatorio del tiempo. En donde este tren nunca se detiene y parece ser un viaje infinito…
Fundamento: Fantasmas, aquellos lugares o iconos que alguna vez fueron parte viva del ferrocarril y aunque el paso del tiempo no les ha sido en vano, han logrado “sobrevivir” en el recuerdo colectivo, cultural y urbano, arraigándose al presente, a pesar de que quizás ya no tienen una real cabida o propósito “útil” tratando de hacerse un lugar en lo que es Antofagasta hoy, recordándonos constantemente su presencia, la cual es espíritu que en materia.
Historias:
- Locomotora a Vapor n°34
- Estación “Nueva” (Valdivia).
Contenido:
Locomotora a Vapor n°34:
Fabricada en 1927 por la North British Locomotive Co. En Escocia.
Hasta 1961 esta Locomotora a Vapor prestó servicios para FCAB, posteriormente fue ubicada en el patio principal del edificio corporativo en donde cientos de turistas la visitaban cada año.
Ha sido restaurada y refaccionada para viajes cortos hacia el interior de la región o dentro de la misma ciudad en fechas de destacada importancia histórica y/o cultural. (*)
“La locomotora avanza chisporreante en la boreal noche del desierto. Las partículas encendidas van dejando una estela luminosa semejante a la cola de los cometas que cruzan por los cielos, ahítos de estrellas extinguidas. Al pasar como una visión fantasmal…
…y el irreal pitazo de la locomotora resuena en la noche como burbujeando desde un fúnebre fondo marino”. Extracto Los Trenes se van al Purgatorio.
(*) Pagina: http://www.fcab.cl/historia/
Estación Nueva (Valdivia)
Entre la década del 10 y del 20 el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia construyo su nueva estación ferroviaria, en los altos de la calle Valdivia, entre las calles M.A. Matta y Montevideo, hermosa construcción con un estilo ingles-nortino que entrego singular característica al sector, además de darle un inusitado movimiento con la llegada de los trenes cargados de mercancías y pasajeros tanto de Cochabamba, Bolivia como del interior salitrero.
“La Estación Nueva”, así llamo la población a esta estación ferroviaria destinada especialmente atender el movimiento de pasajeros que el Ferrocarril tenia hacia el interior salitrero, Calama y Bolivia y también hacia Salta, Argentina.
La antigua estación de trenes de calle Valdivia dejó de funcionar en la ciudad en la década de los 70. Actualmente no tiene ningún uso en particular. (*)
“La estrella fugaz, o el cohete de fiesta – el ruido y las visiones de animas penando en el campamento resultaban a veces tan reales – va a caer oblicuamente por el lado de la estación del ferrocarril”. Extracto Los Trenes se van al Purgatorio.
(*) “Antofagasta, historia de mi ciudad”. Juan Luis Panades Vargas y José Antonio Gonzalez Pizarro. Pag 186.
Conclusión
La vieja Locomotora y la abandonada Estación, iconos del romanticismo ferroviario y testigos mudos del glorioso pasado salitrero. Su noble e imponente presencia en el ayer, hoy no es más que un cúmulo de polvo y recuerdos, sombras y espectros.
Hernán Rivera Letelier y su obra “Los Trenes se van al Purgatorio”, narra con perspicacia el tema de la memoria y el realismo-mágico (tan mágico y tan real como los espejismos en el desierto) con un libro lleno de personajes inmortales, vivos en su propio recuerdo. Asumiendo esto ultimo como concepto regulador.
Los trenes no mueren… toda Locomotora llega a su Estación, y a toda Estación llega una Locomotora, viven de la otra en un vinculo infinito, de eterno recorrido y espera.
La narración extraordinaria y las ilustraciones fantasmales se unen para contar su historia.
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