El Área de Diseño de la Corporación Santo Tomás, con sus carreras de la Universidad Santo Tomás e Instituto Profesional Santo Tomás con el propósito de mantenerse unida y desarrollar criterios académicos comunes en todas las sedes a nivel nacional, desarrolla “Talleres en línea”, en esta la ocasión del Bicentenario se asume un proyecto editorial, para ello cada sede realiza un rescate de su entorno ferroviario creando con ello un documento editorial, los que se sumaran en la constitución de un “Libro objeto” como un homenaje a la silenciosa historia cotidiana de nuestro país.

El tema que se propone desarrollar es el Ferrocarril, es innegable la importancia que tuvo el ferrocarril en el desarrollo y progreso de nuestro país, ese rudimento mecánico alzando las banderas del progreso y la modernidad fue rompiendo nuestra cotidianeidad aún colonial de mediados del siglo XVIII, logro de verdaderas epopeyas ingenieriles, que mantuvo boquiabiertos a ciudadanos, campesinos, paisanos y provincianos durante casi un siglo y medio, convirtiéndose en la revelación monstruosa que anunció la llegada de la modernidad.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Alumna: Ana María Ojeda / Valdivia

LA VIDA EN LOS ALREDEDORES DEL BARRIO ESTACIÓN









































El barrio Estación poseía identidad y vida propia, el movimiento de pasajeros generó la aparición de hoteles, pensiones, almacenes, restaurantes, bares, ferreterías, entre otras actividades comerciales desarrolladas en el barrio.

Esta actividad comercial se potenciaba con la estación de ferrocarriles que generó otra variante dentro del barrio, la generación de un barrio industrial no planificado, debido a que casi el total de las personas que vivían en el barrio, trabajaban para ferrocarriles, lo que provocó la unión de los habitantes y la generación de una identidad como barrio “Ferrocarrilero”.

Esto se veía reflejado en las fiestas comunitarias que realizaban los obreros de ferrocarriles, en donde todo el barrio asistía. La celebración de las fiestas patrias (fecha en donde la estación se adornaba con los colores patrios), las navidades y el año nuevo (época en donde los obreros salían a la calle a esperar lasa doce y se accionaban las campanas y bocinas de los trenes anunciando la bienvenida del nuevo año), todas estas fiestas rodeadas de una mística especial, pertenecer a un barrio y una actividad económica común, lo que potenciaba los lazos sociales entre los vecinos.

El corazón del barrio latía en cada locomotora que llegaba a la estación cargada de pasajeros que de alguna manera formaron parte del barrio. El constante flujo de personas en el lugar , y cada historia vivida y contada, llenaron de vida al sector.



ANA MARÍA OJEDA / Taller Editorial / Sede Valdivia

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